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La noche avanzaba.
La luz de la luna
brillaba potente
introduciéndose en el alma
con más fuerza
que la capitalina.
“Esta noche miro la luna,
los que quedaron
en la patria
estarán contemplándola
mojando de lágrimas
las mangas de su vestido. |
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Saigyo
estaba en medio
de un extenso campo
que se expandía a lo lejos,
cuando se acercaba
la caida de la noche
la pasó en una casa pobre. |