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Ryokan
“¡Qué alegría!”
No dejaba
de saltar
para expresar
su felicidad.
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Ryokan
con
pasión buscó
alrededor
y por fin
la encontró.
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Ryokan
repitió una
y otra vez
la operación,
el céntimo
entre la hierba
se perdió.
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Ryokan
recogió
el ichimon
(céntimo)
que había tirado
pero no estaba
contento.
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Ryokan
lanzó
al suelo
la moneda
de ichimon
(un céntimo)
recibida como
limosna.
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